El curriculum de
Edward Bunker es de los que dejan boquiabierto. No sólo el profesional, sino también el biográfico. De hecho, hay momentos en los que cuesta diferenciar cual es cada cual. Con un amplio expediente delictivo (que incluyeron extensas temporadas tras los barrotes), supo rehacer su vida precisamente a partir de lo que había sido hasta entonces su errática existencia. Escribió varias novelas, cuentos y hasta su propia biografía; participó como actor secundario en varias películas (él fue Mr. Blue en
"Reservoir Dogs"); escribió algún guión (
"El tren del infierno" de
Andréi Konchalovski) y vio cómo algunos de sus libros eran adaptados a la gran pantalla (dando como fruto dos cintas tan desiguales como
"Libertad condicional" de
Ulu Grosbard (de la que no guarda muy buen recuerdo por las concesiones que tuvo que hacer) y
"Animal Factory" de
Steve Buscemi).
"Stark" fue editada dos años después de su muerte (fue su primera novela, pero el manuscrito permaneció oculto hasta entonces) y ahora llega a nuestro país de la mano de
Sajalín, que ya había puesto en circulación
"No hay bestia tan feroz" (1973 / 2009) y que anuncia
"Dog eat dog" escrita originalmente en 1995. La novela cuenta la historia de
Ernie Stark, un estafador yonqui que se ve atrapado entre un policia que lo ha convertido en su soplón; un amigo que le podría abrir las puertas del lucrativo negocio del tráfico de droga; un mudo, con instinto asesino, que no se fía de él; una chica que le despierta ciertos sentimientos adormecidos; y sus propias ilusiones por prosperar en la vida sin tener que abandonar el lado peligroso de la misma.
Bunker, aunque en algunos momentos se decanta por ligeras descripciones, opta por un estilo directo, casi cinematográfico. Hace suya la máxima por la que en una ocasión (ver enlaces del final) mostró admiración por el escritor
Theodore Dreiser, "No es que sea un tenor con su estilo, su inglés es incluso a veces limitado, pero al cabo de cuarenta páginas, uno está verdaderamente inmerso en el corazón mismo de la vida. Es un autor con una impresionante potencia."
Potencia y tensión. Potencia y humor. "Stark" es como un sugerente coctel en el que poder ir descubriendo sabores, pero que de vez en cuando te atiza una descarga si el alcohol se cruza en el camino de tu garganta. Nada en la novela parece gratuito. Incluso detalles que a posteriori no aportan nada al discurso narrativo, resultan imprescindibles.
El escritor huye de presentarnos una nómina de personajes buenos y malos. Todos tienen aspectos de su vida o caracter por los que pueden pertenecer a uno u otro bando. Bunker evita los juicios y se agradece. Incluso, aunque como indica Jennifer Steele (su ex-mujer) en el epílogo, despreciara a los timadores en la vida real, en la novela no se posiciona. Y eso, al margen de un beneficio para la lectura, es toda una lección para la vida.
Durante la lectura de "Stark" no podía evitar los paralelismos con los westerns. A medida que avanzaba la acción crecían las similitudes. Y la verdad es que si trasladamos los personajes al far west, cambiamos el tráfico de drogas por el del alcohol y los coches por caballos, funciona. El salvaje Oeste puede encontrase en la California de los primeros sesenta, aunque resulte increible. Pero es que en esta novela, que rezuma clasicismo y al mismo tiempo un estilo singular, todo es posible.
pd.- La edición española de la revista
"Los Inrockuptibles" publicó en su número 4 (mayo 1992) un estupenda entrevista con
Edward Bunker que el blog
Cuerpo y Alma ha recuperado en siete partes (
1,
2,
3,
4,
5,
6 y
7).
pd2.- En yotube hay dos vídeos interesantes sobre Bunker. El primero está en inglés y el segundo en italiano. Yo no controlo ninguno de los dos idiomas, pero es fácil entenderlos.