Ando enfrascado en la lectura de Donde la ciudad cambia su nombre (1957) de Francisco Candel (1925 - 2007) y estoy suribeyado. El libro es un fiel retrato de las Casas Baratas de Port, un barrio marginal de Barcelona que ya no existe y en el que sus ciudadanos parecen moverse a ritmo de golpes, reflexiones obreras, picardía y aires de far west.
Con un estilo directo, sencillo y limpio, Candel nos va presentando los variopintos personajes que pueblan aquellas viviendas en capítulos que, en un principio, se intuyen monográficos, pero cuyas andanzas se van cruzando a medida que transcurren las páginas. Huye el escritor de los recursos literarios que pudieran darle cierta gloria como escritor y cede todo el protagonismo a sus historias. Con una pizca de la economía expresiva de su admirado Pío Baroja; otro poco del humor negro de La Codorniz y un tanto de la crudeza de las novelas negras; la visita por este barrio y el comportamiento humano de los que allí viven se convierte en una suerte de viñetas o capítulos de una serie que se puede disfrutar individualmente o como una novela. Pero que nadie espere una reivindicación de los suburbios al estilo de las películas de José Antonio de la Loma. Candel se limita a contarnos las andanzas de estas personas, con sus miserias, sus momentos felices y sus fuertes dosis de violencia.
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2 comentarios:
Te devuelvo visita y tomo nota. este libro juraría haberlo visto rulando por ahí, por las librerías de lance, hace no mucho tiempo. andaré al loro y si lo encuento no se escapa. La recomendación merece la pena. Un saludo
Hola Miguel. En una de esas librerías, precisamente, lo compré yo.
Un abrazo y gracias por pasarte.
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