miércoles, 5 de mayo de 2010

Ocho buenas excusas para ir a una librería.

Quálea Editorial me envía su boletín informativo con los libros publicados hasta abril. Pocas veces que recibo un correo de este tipo suele hacer pleno. En este caso, los ocho volúmenes son altamente sugestivos.

Me apasiona el humor y todo lo que le rodea. Me gusta descubrir nuevos cómicos, disfrutar los actuales y rebuscar en el pasado. No soy muy amigo de los tratados teóricos, sobre todo cuando se alejan del elemento sobre el que reflexionar en pos del lucimiento del autor. Pero con el humor eso no me pasa. Todo me interesa. Incluso los malos cómicos. Y no sólo me siento atraído, sino que me gusta reivindicar este género (o estado natural) frente a los que lo denostan.

Con semejante antecedente, imaginareis como he recibido la noticia de la publicación de "Sobre el humor" de Simon Critchley, en el que el filósofo analiza el papel crucial del humor en todas los ámbitos del ser humano.

La literatura española del pasado siglo también tiene un lugar privilegiado en mi cabeza. Especialmente aquellos autores que fueron ninguneados en los libros de texto. "Logaritmo" de Antonio Botín Polanco (preciosa portada) encaja a la perfección en esto que cuento. Publicada en 1933, ahora Quálea pone en las librerías una edición revisada y actualizada. Según apuntan en la web de la editorial, la novela narra "las vicisitudes amorosas de Carlos, un hombre vividor, licenciado en derecho, que en la última etapa de su juventud se enamora vivamente de una joven llamada Mechita. Dos mundos paralelos e irreconciliables configuran el escenario de la novela. Uno es el de los sentimientos de los protagonistas; el otro lo conforma una sociedad burguesa, puritana e hipócrita, y en cuyo destino acomodado se ven irremediablemente presos". 

"Una cosa que es" de Robert Lax es uno de los cuatro libros de poesía que han editado. Lax fue uno de los precursores de la generación beat, aunque su nombre no se encuentra entre los más populares. Autoexiliado en varias islas griegas, su minimalismo lírico no alcanzó el reconocimiento que sí tuvo su discípulo Kerouac. "Una cosa que es" fue publicado, por primera vez, en Estados Unidos en 1997 y recoge poemas inéditos escritos en los años setenta.

"La apariencia de las cosas" de Henri Cole; "Bocksten" de Fabio Pusterla y "El accidente" de Jorge Gomes Miranda completan la oferta poética.

"La comedia de lo sublime" (sublime título por cierto) de Domingo Hernández Sánchez es, según reza la nota de prensa, "un riguroso y ameno documento tanto para profundizar como para iniciarse en la Estética y el Arte contemporáneo". Suficiente para querer sumergirse entre sus páginas.

Dejo para el final otra joya de la literatura española. "Stefan Zweig, cumbre apagada" es el ensayo novelado en el que el escritor Benjamín Arnés (1888-1949) disecciona los acontecimiento principales que marcaron la vida del intelectual austriaco. Una estupenda oportunidad de acercarse a un autor de prolífica carrera y poco reconocimiento. Yo, sin ir más lejos, nunca he leído nada de él.

Ya sabéis, buscadlos en las librerías o compradlos online.

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