Que a Eigthman les gustan las melodías es algo que no pueden negar. Su disco de debut está repleto de ellas. Canciones que traspasan la frontera del pop para entrar en territorio de guitarras. Y composiciones que hacen el recorrido inverso. Sí, se puede hablar de Teenage Fanclub o The Wedding Present como faros de guía (ellos mismos los mentan como influencia en su myspace), pero sería injusto ceñirse a ellos o a una sola década musical.
lunes, 21 de diciembre de 2009
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