Me acerqué, por primera vez, a Ilegales al influjo de aquel hit potencial titulado "Soy un macarra", dónde un cantante sin prejuicios reconocía todas sus carencias y lo hacía orgulloso. Una nueva vuelta de tuerca, y más reconfortante, al manido tópico del perdedor. Imagino también que para un adolescente decir en alto la palabra "hostia" al cobijo de un estribillo tan pegajoso, era un puro acto de rebeldía, aunque este sólo atravesara, furtivamente las cuatro paredes de su habitación, en breves incursiones en el pasillo camino de la cocina.
Al amparo de aquella canción, compré "Agotados de esperar el fin" (1984), donde fue imposible no caer rendido ante esa inmodulada voz de su visceral cantante, Jorge Martínez, y canciones tan redondas como "Agotados de esperar el fin", "La chica del club de golf" o "Odio los pasodobles". Todo bañado con cierto aire de derrota de entreguerras que te trasladaba al instante de duermevela en que uno cae cuando ha amanecido después de una noche de fiesta y los sentidos parecen ir a cámara lenta.
Después de pinchar una y otra vez aquel Lp, el cuerpo pedía más. Y así llegó a mi casa "Ilegales" (1982), donde se juntaban la inquietante (para un joven impresionable) "¡Heil Hitler!" con canciones adictivas como "Tiempos nuevos, tiempos salvajes", "Hola mamoncete" o ""Problema sexual". Un mes más tarde completaba la trilogía con "Todos están muertos"(1985) y aquella portada a modo de esquela y un listado de temas incontestable. De los que "Ella saltó por la ventana" se convirtió en el más pinchado por aquella melodía casi pop y esa letra tan demoledora.
Luego, no recuerdo porqué, les dejé de lado y volví a ellos, de manera esporádica con el directo que grabaron en 1986 y más a fondo con un LP a reivindicar, "Chicos pálidos para las máquinas" (1988).
Ilegales siguió sacando discos, pero yo ya miraba para hacia otro lado. Además, la presencia de Jorge Martínez en algún programa televisivo no musical dando la nota, tampoco hacía mucho por nuestra reconciliación.
Sin embargo, ahora puede que haya llegado el momento. Pop Up Música (una empresa musical recién nacida) pone en las tiendas, a partir del día 14, "126 canciones ilegales", que incluye todas las composiciones del grupo grabadas en estudio (quedan fuera los dos directos registrados), entre las que se encuentran trece canciones inéditas, además de caras b y rarezas varias. La caja consta de nueve cd's más un libro que recorre la trayectoria de la banda desde su creación hasta nuestros días.
2 comentarios:
No es pop! :)
Estupendo repaso a un grupo imprescindible. Y eso que yo nunca les hice caso del todo (injusticia fatal!)
JA JA JA
Ya sabes mi querencia por la palabreja.
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