Me reconozco aficionado a la literatura infantil y juvenil desde que tuve entre mis manos "Adelaida" (Brosquil Edicions / Libros del Zorro Rojo) de la argentina Marta Vicente. Entendí que separando los libros por cuestiones de edad, me estaba perdiendo maravillosas historias e ilustraciones deliciosas. Desde entonces, dedico el mismo interés y tiempo a bucear entre novedades y fondos de catálogos de la llamada literatura para adultos como de la otra, configurando en mi mente un todo único e indisoluble.
Quien no lo haga corre el riesgo de perderse joyas como "La princesa que bostezaba a todas horas" (OQO Editora), con texto de Carmen Gil y dibujos de Elena Odriozola y galardonado, en el 2006, con el Segundo premio a las Mejores Ilustraciones en la categoría de Libro Infantil y Juvenil, otorgado por el Ministerio de Cultura, y que fue reeditado el pasado mes de noviembre.
El libro cuenta la historia de una princesa que bosteza a todas horas hasta que un día se cruza en su camino el hijo de un criado del palacio. La prosa de la prolífica Carmen Gil se pone al servicio de la reivindicación de la amistad por encima de todo. Y las ilustraciones de Elena Odriozola, que consigue mantener la armonía al tiempo que parece jugar con el equilibrio físico de los protagonistas, convierten el volumen en una de esos pequeños tesoros que gustan revisar y releer, de cuando en cuando.
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